30 de julio de 2.006
Roncesvalles-Zubiri
Distancia: 21.5km
Dificultad: Rompepiernas, pero llevadero.
Hoy empezamos el Camino propiamente dicho, toca madrugar y
estirar para empezar a caminar, empezamos ligeras, con ánimo, la pena es que no
hice la foto al monumento a Roldán y eso lo escribo ahora…
Primer pueblo Burguete
Iglesia de San Nicolás
Casa blasonada
Ovejas pastando al amanecer
Manu y Josep en el Camino, aunque este tramo es carretera
Un bonito caballo nos mira de reojo
Moderna iglesia de San Bartolomé en El Espinal
Continuamos camino de Lizoain
Virgen de Roncesvalles
Mantis durante la parada a desayunar en Lizoain
Marta y Lucia
Casa tipica
Alto de Erro
Y llegamos a Zubiri, coincidimos con los canarios, los
cuales se reservan las camas, algo mal hecho, la hospitalera no estaba, vendría
por la tarde, las duchas y el baño estaban en unas casetas prefabricadas en la
trasera del albergue.
Comimos en un bar y luego durante la siesta Blanca y yo nos fuimos
a nadar, hacían descuento por ser peregrino, me llamó la atención que por nos tuviéramos
que poner el gorro en una piscina al aire libre.
Roca de magnesita, a las afuera hay un yacimiento
Iglesia de Zubiri
Puente de la Rabia. Aquí metimos los pies para que se
refrescaran, la piscina había sabido a poco.
“Cuenta
la leyenda que debajo del pilar central se encuentran
enterrados los restos de Santa Quiteria, curiosamente santa toledana, y que los aldeanos daban tres vueltas con los
animales que habían contraído la enfermedad y que se curaba.
En el siglo XI las dificultades para erigir
el pilar central de este bonito puente llevaron a los constructores a excavar
la roca sobre la cual se debía de apoyar y que encontraron en él los restos de
una joven perfumada.
Supuestamente, Quiteria vivió y murió
entre los siglos I y II, y portugueses y españoles se disputan la pertinencia
de sus restos. En Margeliza, en Toledo, al pie de una montaña hay una fuente,
la fuente santa, dónde se invoca a Quiteria contra la rabia. En Portugal
reposan a cuatro kilómetros de Coimbra
Extraído de aquí
Abajo el Arga discurre tranquilo, ajeno a tan leyenda y
tanto trasiego de peregrinos
Marta y Lucia
Josep
Tocaba dormir, que con los ronquidos del día anterior casi
no había dormido.
Se me olvidaba el sello
Mañana más y mejor
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