29 de julio de 2006. El Inicio de un círculo.
Hoy ponemos rumbo a Roncesvalles, el pueblo navarro nos
espera para comenzar esta primera aventura peregrina.
Lucia y yo salimos de avenida de América en el autobús hasta
Pamplona, en una parada conocimos a Manu y Marta, dos simpáticos peregrinos de
Torrelaguna.
En Pamplona cogimos un taxi hasta Roncesvalles, pues no
había autobuses en verano, en el camino de subida, el taxista nos comentó que
Induraín solía hacer bici por la zona y que nada que unos buenos taninos para
recuperar los músculos.
Llegamos a Roncesvalles y nos compramos unos bocadillos, en
el parque nos encontramos con Manu, Marta, Josep y Blanca. Josep y Manu son amigos desde que se conocieran en
el Camino hace tiempo y a Blanca la conocieron ese mismo día en el taxi de
subida.
Comimos antes de que abrieran el albergue y pudiéramos comprar
la credencial y poner el primer sello.
El albergue lo abren tarde, pues tienen que priorizar a los
peregrinos que llegan desde Sant Jean de Port.
Primer objetivo
conseguido, credencial, sello y cama.
Después tocó paseo por el pueblo, Roncesvalles es un pueblo precioso,
con encanto, recogido, cuyas calles rezuman mil y una historias de miles de
peregrinos que a través de los siglos han recorrido estas calles
Pero Roncesvalles ya era famoso porque alrededor de 778 se
libró la batalla de Roncesvalles, donde las tropas de Carlomagno fueron
derrotadas, el héroe franco Roldan perdió aquí su vida
Desde hace mucho tiempo venía anhelando estar aquí y por fin he aquí que me encuentro.
Roncesvalles, inicio del Camino para muchos, continuación
para otros tantos que se atreven a cruzar la frontera por los Pirineos, primer
pueblo España en la ruta jacobea.
Capilla de Santiago
Detalle del techo de la Capilla del Espíritu Santo, donde
cuentan que Carlomagno mandó enterrar a Roldan
Monumento a la batalla de Roncesvalles
Me llamaron mucho la atención las flores de los jardines y
las macetas
Hortensias
Después nos fuimos a la Capilla de Santa María, donde
asistimos a la misa del peregrino y recibimos la bendición, me encantó ese
momento, la sencillez, la dulzura, todo…
Interior de la Iglesia
Esta soy yo en la entrada
Silo de Carlomagno
Cenamos con otro peregrino y luego volvimos para ducharnos
Interior del albergue. Aquí éramos más de 100, lleno
absoluto.
Volveré algún día a este precioso pueblo navarro.
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