Viaje a Ortigueira.
Hoy ponemos rumbo previa autorización médica a tierras coruñesas, volvemos y esta vez la forma en que el destino burlón ha querido que volviéramos ha sido muy curioso pues la noche y la actividad nos ha tocado a través del facebook, más concretamente a través de la oficina de turismo gallega Turgalicia.
Así es que con el fin de semana asegurado de diversión y buenos momentos sólo espero que la espalda y más concretamente las cervicales me respeten, en manos de Paulo , mi fisioterapeuta de confianza y quien ayer me volvió a recolocar y descontracturar la espalda, desde luego entre él, el Doctor Flores y el Doctor Sanz son los que están haciendo posible mi recuperación del accidente.
Madrugamos, como desde hace cuatro meses le toca conducir a Jose, la primera parada se hace casi obligatorio visitar de nuevo La Bañeza, de nuevo en sus calles, esta vez visita rápida, un chocolate caliente con churros y de nuevo al coche.
De nuevo nos llamaron la atención los graffitis del lugar
Toca volver a la carretera, seguimos por la Nacional VI buscando peregrinos o paisajes que nos resulten familiares al Camino.
Cerca del O Cebreiro vimos a unos peregrinos por la hora que era nosotros pensamos que hoy no subirían es una locura, una autentica locura, O Cebreiro es mejor hacerlo de dos partes.
Llegamos a O Cebreiro yo nos recibe la nieve, hay que extremar las precauciones, me alegro de haber traído las zapatillas de senderismo, por lo menos la suela agarra bien.
De O Cebreiro vimos sólo un poco, lo justo para salir del coche y hacer unas foticos
Jose donde la casa del hippie
La Iglesia de O Cebreiro
Y el interior de la misma, se me hace raro verla con poca gente
El famoso cáliz de la bandera gallega
Pallozas cubiertas de nieve
tengo un pozo con nieve....
Jose en todo momento cuidando de mi, esta vez amor no hubo cerveza como hace tres años cuando Irene, Alberto y yo os esperábamos agazapadas tras la muralla con dos latas de cerveza, entonces sólo eramos dos amigos del Camino, hoy vamos juntos por el Camino
Nos equivocamos en la autopista de salida y fuimos por la antigua Nacional dirección Villalba, lo bueno es que pasamos por lugares por donde discurre el Camino Primitivo.
Y de nuevo en Ortigueira, el mar, los eucaliptos, nos anuncian que hemos regresado, el paisaje que hace dos años nos enamoró hace dos años.
Comimos en Ortigueira, nuestro bar del puerto estaba cerrado, pero subimos a de los toneles, allí dimos buena cuenta de un par de raciones de raxo (lomo) y de chorizo...
Llamamos a Irene y cuando íbamos al tanto de encontrar la casa para empezar la subida, nos topamos con que la carretera está cortada y hacía la izquierda había un coche, yo me baje y le pregunté a la señora y esta me indicó que debíamos bajar a la glorieta, no nos lo podíamos creer, ¡una carretera a Penaquente!, bajamos a la glorieta y subimos por nuestra vieja carretera de eucaliptos, ¡Que recuerdos! que dirían la gente del Ensanche.
Llegamos a Penaquente dentro nos esperaba Irene, su marido y Laura que había ido a echarla una mano, nos tomamos el café con ellos y nos dio nuestra habitación, volvemos al aceiberal, la habitación que ocupamos la otra vez.
Y tras despedirnos hasta la cena nos marchamos a volver a ver la zona.
Primera parada, el lugar donde Leslie Howard perdió la vida en estos bellos acantilados, los más altos de Europa.
Capelada
La niebla nos impide ver más allá.
Se intuye un poco la costa
De nuevo al coche, nuevo destino San Andrés de Teixido, donde si nos de vivo vas de muerto como dicen los lugareños.
Como llueve nos acercamos brevemente hacía donde oímos caer el agua.
Este pobrete se va a mojar
El agua del torrente baja con fuerza
No se si son los acantilados más altos de Europa, pero para mi tienen un atractivo especial
Una "rata" voladora posada en un tejado
Los árboles, acostumbrados y hechos a estos temporales
Sólo bajamos hasta la fuente, la cual ya sabemos que no es milagrosa, pues a Jose no le creció el pelo, y que no es potable, según el cartel, pero se puede beber perfectamente pues es la misma que que venden en los comercios de la aldea.
Tomamos un café y nos volvimos para ver si veíamos la garita de herbeira, pues siempre nos la pasamos y nunca la vemos.
Y vive Diós que por poco nos la volvemos a pasar de nuevo, pues la señal apenas si se veía
De las vistas no puedo opinar pues el coche estaba a cien metros y no se veía, en esta sierra la niebla se agarra mucho.
De nuevo al coche y encontramos el mirador desde el cual podemos hacer panorámicas, la ría de Cariño se ve entre la niebla
De nuevo en ruta, esta vez nuestro destino Cabo Ortegal, no nos podía faltar a nuestra cita con los tres aguillóns
Un barco navegando en el cabo
Estas son las rocas más antiguas de la península ibérica
El Faro
Jose
Y los tres Aguillóns citados por Ptolemeo
Lugar mágico sin duda alguna, Cabo Ortegal, siempre diferente, lo conocimos con sol hoy con niebla, pero siempre con encanto
La noche se nos echaba encima y teníamos que volver para ducharnos y degustar la rica cena que Irene había preparado.
Durante la cena estuvimos charlando con la otra pareja de Madrid, muy majos, pero el cansancio se hacía presente y teníamos que recuperar fuerzas antes de que la espalda me crujiera.
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