Domingo 23
de septiembre 2.012
Camino
Francés: Estella-Torres del Río. Esto se acaba, el telón pronto bajará.
Distancia:
30km
Dificultad:
principalmente el cansancio puede jugar muy en contra.
Penúltima
etapa del Camino por esta vez, hoy preferimos hacer una kilometrada para llegar
frescos a Logroño.
Dejamos
atrás Estella a par que el río de gente que continua sin cesar hasta Santiago,
mientras las piedras del Camino siguen ahí, año tras año, San Pedro volverá a
ver a nuevos peregrinos y se reencontrara con viejos conocidos como es mi caso,
este año me voy con la sensación de haber visto Estella, villa en la cual tenía
una espinita clavada porque hace 6 años bajé tan rota que me quedé casi toda la
tarde durmiendo la siesta
El camino
sale camino de Ayegui, mientras nosotros le contamos a Pere nuestras aventuras
comerciales de ayer
Avanzamos
hasta Irache, donde su famosa fuente nos depara momentos divertidos, este año
no beberé su vino, pero nos da igual, preferimos continuar
Monasterio
de Irache
Pasado el monasterio
nos vemos en la vicisitud de elegir cual de las dos ramas del Camino escoger si
Loquín o por Villamayor, yo voto por Villamayor, el resto del grupo no objeta,
es la más larga y como ya nos conocemos el Camino, también será que la menos
crestee, unos chavales que los conocimos en Puente la Reina dudan, pero al
final nos siguen.
Existe un
camping, nosotros aprovechamos para parada de agua.
Rosi
bebiendo
Yo
aprovecho para hacer panorámicas
El Camino
nos lleva por los campos de cereal de la zona
Jose
Y llegamos
a Azpueta, el pueblo de Pablo el de las Varas, al cual no conocí cuando pasé en
el 2.006, pero este año nos sella la credencial
Pablito es
un personaje del Camino, como lo es Marcelino, el cual llevo a día de su vara,
aquella que me dio una mañana del mes de agosto del 2.006 a las afueras de
Logroño y con la cual llevo ya unos cuantos caminos.
Foto con
Pablo
Aquí dejo unos artículos sobre él
Y después
de departir un rato con él, nos marchamos a desayunar, fuera había unos lindos
gatitos, los cuales pacientemente me sufrieron un rato
Con fuerzas
renovadas continuamos hasta Villamayor de Monjardín, el aljibe medieval nos
saluda.
Rosi y yo
en la Fuente de los Moros
¿Nos
metemos?
La iglesia
de San Andrés se ve entre los árboles
Ahora
estamos a sus pies
Hoy al
igual que en el 2.006 entré dentro, la sencillez de su altar románico se sigue
maravillando
Esta es una
cruz procesional, la cual tiene replica en la polaca localidad de Torun
Y volví a sellar la credencial
Tras
Villamayor hay una cuesta en la cual se desciende rápidamente, sigo diciendo
que lo mejor es flexionar rodillas y hacía abajo.
Tras la pronunciada
bajada, regresamos a nuestro ritmo.
Soy una
enamorada de los campos de cereales, lo confieso
Jose en la
bajada entre los viñedos, y campos de cereal
Estos
peregrinos me sorprendieron
Al fondo un
castillo fortaleza
Hora y
media más tarde estamos entrando por Los Arcos, donde haremos la comida. El
hambre aprieta, preferimos reservar en el albergue y así andar más tranquilos
Iglesia de
Santa María
Los Arcos,
es un pueblo grande y muy bonito, yo hice aquí fin de etapa en el 2.006 y tuve
el placer de pasear por su plácidas calles y plazas, es un pueblo con una gran
historia detrás, la iglesia de Santa María por dentro es preciosa e inmensa.
Como anécdota,
tiene un centro cultural enfrente del albergue al cual la Baronesa Thyssen da
nombre, en él se pueden encontrar un par de cuadros donados por ella porque de
esta villa viene su familia.
Nos tomamos
unas cañas con el riojano antes de comer con otro peregrino que venía más allá
de los pirineos
Comimos en
un bar, echándonos unas risas mientras intentábamos explicar a Gerard
divertidas anécdotas.
Después de
comer, tocaba la última parte, abandonamos Los Arcos por la puerta de Castilla
y cruzamos el puente del río Odrón nos ponemos en marcha rumbo a Torres del Río
Pista y por
último asfalto nos acompañaron en la último tramo de hoy
Jose y Pere,
al fondo Sansol
Sansol
¿Qué es
esto?
En los últimos kilómetros volamos, porque nos
empezó a caer una tormenta de agua de impresión, sin saber que la verdadera
tormenta estaba por llegar.
Vimos pasar
a la guarda foral y un camión de bomberos a toda velocidad dirección sur,
nosotros cruzamos con cuidado la carretera y bajamos a la toda velocidad por el
agua, para luego volver a subir para buscar el albergue, para no variar, estaba
cuesta arriba y en lo más alto.
El albergue
donde habíamos reservado nos decepcionó y mucho, para empezar la mujer que lo
regentaba, que no era la misma señora que había conocido Pere, esta es su nuera
y creo que no sabe ni sumar.
Cuando nos
vio llegar se sorprendió, luego dijo que si había camas, pero en distintas
habitaciones, subimos y la dijimos que eso no era así que no había sitio para
todos nos íbamos y que había que ser más profesional, ella alego que era
nuestra opinión.
Nos bajamos
a otro albergue, acertamos, luego nos enteramos que el otro había chinches.
Sello de
nuestro albergue
Pero pasado
el cabreo inicial, nos aposentamos en nuestras camas, último día de Camino y
podemos asegurar que no hemos dormido en cama alta, que siempre lo hemos hecho
en la parte de debajo de las literas
Esta vista
me gustó mucho
Dimos un
paseo por el pueblo, y visitamos su famosa iglesia del Santo Sepulcro,
929
La entrada
cuesta un euro y merece la pena verla, eso sin cuando hablan de iglesias
octogonales no comprendo el olvido de la iglesia de Las Navas de Estena
Cristo de
los cuatro clavos. Una joya del románico
Información
de esta joya semi desconocida
Entramos en
la sociedad para tomar unos chatos
Me llamó la
atención estos originales colgadores
¿Hacía
donde vamos?
En el paseo
por el pueblo compramos las últimas provisiones y charlamos por última vez con
Hans y Larissa, un placer haberles conocido, ellos continuaban hasta León
En el bar
del albergue nos pusimos a celebrar el día
Jose y Pere
La tapa de
la mesa es un vidrio con la serigrafía de la cúpula de la iglesia
Antes de
cenar
Rosi y su caballero armado
A los de la
mesa de al lado les reconocimos, era el italiano de Puente la Reina.
Cenamos de
raciones y luego nos marchamos a dormir plácidamente, mañana no había prisa,
Ana, la hermana de Jose, ya nos había reservado hotel en Logroño.
Buenas
noches, dulces sueños Sansol
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