Subida al Cerveguilla
Distancia: 20 km
Dificultad: media alta.
Desnivel acumulado: 400 m.
Hoy nuevo día de montaña, la dificultad en los últimos meses se ha incrementado en las salidas. Hoy toca la subida al Cerveguilla (1.779 m) uno de los picos de la Sierra del Alto Rey en Guadalajara.
La ruta transcurre por esta bella zona de la Tejera Negra de Guadalajara
La ruta la hice con Tierra de Fuego y es de una de nivel 3.
La parada del desayuno se hizo en Cogolludo un bonito pueblo de la Tejera Negra.
El Palacio de los Duques de Medinaceli es un bello ejemplo de la arquitectura de este pueblo
Plaza Mayor
Ayuntamiento
Arquitectura popular
Iglesia de Santa María
Ruinas del Castillo S. XI
Iglesia de San Pedro
Empezamos a subir con destino al Pico del Mojón
El Ocejón se esconde detrás de la Niebla
Camino cuesta arriba.
Formaciones geológicas
Continuamos con los sube-baja y pasamos por el Mojón Cimero
Vistas desde el Mojón Cimero
Poniendo nombres a los picos
Pico del lobo
Árbol seco
cuerda
Nuestra cuerda
Allí iniciamos nuestra ruta
El Ocejón
El Alto del Rey y los molinos
La gayuba
El pino
Nuestra senda llega a su fin
El Cerveguilla desde abajo
Y de nuevo en Madrid, así fue el día.
Hasta la próxima
Más información: http://andarporgalve.blog.com/2012/08/22/subida-al-mojon-cimero-desde-valdepinillos-pasando-por-cerveguilla/
Aquí dejo varias leyendas de la zona.
"Leyenda del Ocejón"
Aquí dejo varias leyendas de la zona.
"Leyenda del Ocejón"
Esta leyenda que se cuenta como única y original, en realidad existe en la mayor parte de las regiones con ligeras variantes, por ejemplo las Tres Sorores en los Pirineos -Las Tres Sorores son: Monte Perdido , (3.353 m), el Cilindro de Marboré (3.328 m) y el Sum de Ramond (3.254 m).)- y recuerda algunas historias de la mitología griega. El Monte perdido representa la hermana mayor, Pilar; el Cilindro de Marboré, representa a la hermana mediana, Ana y el Sum de Ramónd representa a la hermana pequeña, Clara.
En nuestro caso, cuentan que hace muchos, muchos años, vivió un señor que poseía riquezas y un gran territorio. Tenía tres hijos los cuales se llevaban muy mal entre ellos, guiados por la envidia y la codicia. Los enfrentamientos y peleas eran cada vez más frecuentes, causando un desasosiego y tristeza en el alma del padre, hasta que un día, harto de tantos sinsabores, en un ataque de ira, ofuscado por la frustración y el resentimiento, deseó separarlos para siempre con el único propósito de no verlos pelear nunca más y les maldijo, de tal suerte que, en aquel mismo instante, se transformaron en tres montañas: El Ocejón, el Alto Rey y el Moncayo. El hermano mayor, el heredero del mayorazgo, se transformó en el Moncayo, el mediano en el Ocejón y el más pequeño, que era el preferido del padre, en el Alto Rey.
Al parecer esta leyenda se conoce desde hace mucho tiempo ya que, en las últimas reformas de la bóveda de la ermita se esculpieron en un incipiente bajo relieve, tres caras con una disposición semejante a como están situados en la realidad (sobre el terreno) los picos anteriormente mencionados, representando a los tres hermanos a los que se refiere la Leyenda.
La Cueva del Aceite.La cueva se halla situada en la cara sur de la montaña, debajo de la ermita. Junto a ésta, vivía durante todo el año un ermitaño que se encargaba de cuidar y vigilar la ermita, compartiendo quehaceres, sobre todo manuales, cuando, en el buen tiempo, subían los monjes desde Albendiego. Este ermitaño era el encargado de recoger, diariamente, en una vasija, el aceite que gota a gota manaba de la techumbre de la pequeña oquedad que, según cuenta la leyenda, provenía directamente del altar de la ermita, aceite que se empleaba para hacer lucir las lámparas que alumbraban el altar. Llegaron tiempos malos y de carestía y el ermitaño hubo un día que no tenía que comer pues hacia días que de la caridad no había sacado nada y tuvo la fatal tentación de untar el aceite que había recogido durante el día en un mendrugo de pan durísimo que tenía desde hace días y, en aquel momento, dejó de manar aceite de la cueva.
Al parecer esta leyenda se conoce desde hace mucho tiempo ya que, en las últimas reformas de la bóveda de la ermita se esculpieron en un incipiente bajo relieve, tres caras con una disposición semejante a como están situados en la realidad (sobre el terreno) los picos anteriormente mencionados, representando a los tres hermanos a los que se refiere la Leyenda.
La Cueva del Aceite.La cueva se halla situada en la cara sur de la montaña, debajo de la ermita. Junto a ésta, vivía durante todo el año un ermitaño que se encargaba de cuidar y vigilar la ermita, compartiendo quehaceres, sobre todo manuales, cuando, en el buen tiempo, subían los monjes desde Albendiego. Este ermitaño era el encargado de recoger, diariamente, en una vasija, el aceite que gota a gota manaba de la techumbre de la pequeña oquedad que, según cuenta la leyenda, provenía directamente del altar de la ermita, aceite que se empleaba para hacer lucir las lámparas que alumbraban el altar. Llegaron tiempos malos y de carestía y el ermitaño hubo un día que no tenía que comer pues hacia días que de la caridad no había sacado nada y tuvo la fatal tentación de untar el aceite que había recogido durante el día en un mendrugo de pan durísimo que tenía desde hace días y, en aquel momento, dejó de manar aceite de la cueva.
La Cueva del Oso.
En la cara norte de la Sierra del Alto Rey, cerca de la confluencia del Río Pelagallinas con el Arroyo de Matañeja, a la derecha de la corriente aguas abajo, en la base de un risco, existe un abrigo o cueva no muy profunda, con una gran visera, que es donde dicen hibernaba uno de los osos que poblaban estos bosques.
En la cara norte de la Sierra del Alto Rey, cerca de la confluencia del Río Pelagallinas con el Arroyo de Matañeja, a la derecha de la corriente aguas abajo, en la base de un risco, existe un abrigo o cueva no muy profunda, con una gran visera, que es donde dicen hibernaba uno de los osos que poblaban estos bosques.
El Campanillo de oro.
Una vez que se empezaban a contar historietas, siempre salían las mismas, porfiaban y porfiaban en que siempre habían oído que en la antigua ermita del Alto Rey existía un campanillo de oro que tenía un timbre tan fino y claro que se oía desde todos los pueblos situados alrededor de la sierra.
Una vez que se empezaban a contar historietas, siempre salían las mismas, porfiaban y porfiaban en que siempre habían oído que en la antigua ermita del Alto Rey existía un campanillo de oro que tenía un timbre tan fino y claro que se oía desde todos los pueblos situados alrededor de la sierra.
El tesoro de San Juan.
Y como quiera que nadie quería quedarse sin contar la suya, a continuación relataban lo del Tesoro de San Juan, llamado así porque los monjes (en este caso no decían los templarios), tenían escondido un tesoro al pie de la sierra, en la base de un risco, que es el primero sobre el que incide el sol en la mañana de San Juan.
Y como quiera que nadie quería quedarse sin contar la suya, a continuación relataban lo del Tesoro de San Juan, llamado así porque los monjes (en este caso no decían los templarios), tenían escondido un tesoro al pie de la sierra, en la base de un risco, que es el primero sobre el que incide el sol en la mañana de San Juan.
El camino del Alto Rey.
Según dicen de una forma convincente, que toda la piedra que se empleó para construir la ermita del Alto Rey se subió desde Albendiego, empleando para ello carros hasta la base de la sierra, y desde allí a lomos de caballería. De hecho existen vestigios de un viejo camino que sube por la umbría del barranco del Bornova iniciándose, dicho camino, un poco más abajo de la junta de los ríos (Bornova y Condemios) y porfían en que por él pasaban los carros cargados de piedra, asegurando que todavía se ven las rodadas marcadas en la pizarra (aunque yo nunca lo he visto y comprobado tal extremo), unos afirman que tales señales las hicieron los carros de tanto pasar y otros que las hicieron adrede con la finalidad que los carros no resbalasen y se precipitasen al barranco. De cualquier modo lo que si es cierto es que, en la actualidad, todavía se nota que en un tiempo pasado, en la zona mencionada existió un camino, que posiblemente utilizasen para subir al alto Rey, posteriormente se hizo otro que se inicia en el barranco del río Condemios, a unos cien metros de la junta de los ríos aguas arriba, y sube por la umbría hasta coronar dando vista a la "taina" de Valdemulos
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