Domingo 21 de Agosto de 2011
"Cuenta la leyenda que Dios al crear los tres ríos que nacen en la sierra de O Xistral -Eume, Landro y Masma- le prometió un hombre cada año al que llegase primero al mar. Traicionado por los otros dos, que lo dejaron durmiendo, el Eume tuvo que cruzar valles y montes para ganar. Por eso salió bravo y agreste y, antes de la aparición de los embalses en su cauce, también llevaba cada año la vida de un hombre."
Último día por tierras gallegas y amanece con la característica bruma, no sabemos que hacer ni que ver, preguntamos a Irene la dueña de la casa rural y recomienda las Fragas Do Eume, como ya nos las habían recomendado en el punto de información de Ortigueira, decidimos que no perdemos nada en intentarlo y así es, hoy nos tocaba adentrarnos en el interior.
En el camino nos llovió, y nos temíamos lo peor, pero al llegar allí se fue despejando y nos regaló un bonito día.
Ver mapa más grande
Vimos la oficina de información del parque y nos fuimos a que nos diera información sobre las rutas por el parque natural.
Lo peor era que tenías que decidir en el acto si querías autobús o no, al final nos decantamos por el de la 17:00 porque según el de información nos daba tiempo de sobra.
Un consejo, el de información miente, por la senda no son 8 kilómetros, luego nos confirmaron que eran 15.
Al salir una bonita nota informativa de coche mal aparcado :(
Avanzamos un poco y esta vez si aparcamos bien el coche
Macuto al hombro y a caminar
Venga Jose que no pesa tanto
Primer tramo del camino
Río Eume
El agua brotaba en cualquier parte
El río Eume y sus cristalinas aguas
Pequeña cascada canalizada
Los Helechos tienen una altura considerable
Coto de pesca
Senda
Aquí se aprecia el puente que cruzamos para hacer la ruta difícil
Clavelina
El valle
Los zurrones de los castaños
Jose cruzando el puente
Y momento libélula, la verdad es que posó para mí
Avanzamos por la senda incrédulos de la verdadera distancia.
Jose esperándome
Las hayas tamizaban los rayos del sol
La naturaleza nos sorprende con verdaderas maravillas
La senda discurre por una senda muy frondosa
Acebo
No tengo ni idea, pero me gusta
Idem, no tengo ni idea, pero me gustó
Que frondosidad
Venga, que ya queda menos
La senda va totalmente paralela al río
Cruzando pequeños arroyos
Jose en un alto
No tengo ni idea
Senda
A partir de aquí había un poquito de bruma sobre el río
Una seta
Los helechos tenían un tamaño considerable
Parece una Stabricolla
Bajamos…
Subimos
Este es un poquito tímido
Boca de Dragon
Y por fin llego el segundo puente, cuando ya nos creíamos perdidos, las distancias estaban mal medidas
Reflejos del valle en el río
Árbol Tronchado en el río
A subir
Y ahora a bajar
Un castaño
Ya estamos cerca, la última parte se hace interminable, porque te dicen una distancia y realmente es otra.
Cartel del monasterio, ahora si que estábamos al lado
Llegamos arriba, y este jovenzuelo se hizo amigo nuestro, de hecho comió con nosotros, creo que hasta le caímos simpáticos.
Monasterio de Caaveiro. siglo IX
Vistas desde el monasterio, la verdad es que bajar por donde hemos subido venciendo las inclemencias meteorológicas tiene su merito, pobres monjes
Jose apoyado en la muralla.
Y tras ver el monasterio decidimos que nos queríamos dar un homenaje en forma de tarta, el sitio tiene un bar, y la verdad es que nos sorprendió, no era caro para estar donde estaba y las tartas estaban de miedo.
El además nos sorprendió por la decoración, pues tenían libros y revistas para leer, no es muy frecuente encontrar sitios así y más en un sitio tan aislado. Nosotros en nuestro caso, nos comimos una porción de tarta casera de naranja que estaba de vicio.
Esto fue lo que quedo de la tarta
Este libro fue que nos gustó a los dos
Luego a coger el autobús y al coche.
Paramos a visitar Pontedeume, lugar de parada del Camino Inglés.
Está fue la ciudad que menos nos gustó a los dos, más gris, más de espaldas al mar.
Gaviota
Por aquí va el Camino
Escultura
Banco
Casa Do Concello
Torreón de Andrade
Pontedeume sólo tiene un par de calles para visitar y poco más, además algunos bares tienen unos baños muy cutres. Y como el pueblo no nos convencía nos volvimos a Ortigueira, que este pueblo si nos gustó.
Lo que nos sorprendió fue que en la ría la bruma no había levantado en todo el día.
Jose junto a la biblioteca municipal
Esta calle nos gustó a los dos
Nuestro bar…
Jose y la tapa de garbanzos que nos pusieron
Potro revolcándose
Experimentos con la cámara
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